
Oviedo enamoró a Wody Allen en su visita a la ciudad para recoger el Premio Príncipe de Asturias. El cineasta quedó fascinado por su excelentemente preservado centro histórico con su arquitectura típica y su catedral, ideales para ser recorridos a pie. Sin olvidar, eso sí, una parada en las sidrerías de las calles adyacentes a la catedral dedicada a San Salvador. La plaza del Fontán es otra zona de Oviedo que no debes perderte, una muestra de lo mejor del Oviedo antiguo.
Junto a la ciudad, subiendo un monte de unos 3 km puedes visitar dos obras Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Se trata de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Se trata de dos de los mejores exponentes del arte prerománico en la Península. Santa María del Naranco fue ordenada levantar por Ramiro I en el 842 d.C. mientras que San Miguel de Lillo, a unos 100m. de la anterior, ejercía de iglesia del complejo. Desde el monte, además, disfrutarás de vistas sobre la ciudad.
Fotos: Asturias. El Principado verde
En Gijón puedes empezar por visitar sus bonitas playas: San Lorenzo, la céntrica Playa de Poniente (creada a principios de los 90) o la playa del Arbeyal. Un recorrido por el centro de la ciudad tampoco te defraudará por la cantidad de edificios modernistas existentes. La zona más antigua de la ciudad es Cimadevilla, ubicada en un cerro que se adentra en el mar. En la parte más elevada del promontorio puedes contemplar Elogio del horizonte, una escultura de Eduardo Chillida.
También en Gijón tienen lugar algunos de los eventos veraniegos más interesantes del norte de España. No te pierdas en agosto las fiestas de Begoña con música en la calle y programación teatral de calidad. En julio tiene lugar la Semana Negra, dedicada a la novela negra mientras que también en julio se celebrará el Festival Folclórico Internacional. Sin duda alguna, los meses de verano son ideales para visitar tanto Oviedo como Gijón.
Imagen: “M @ X”, en flickr.com